A pesar que tenía pedido de captura internacional por su presunta vinculación con el cartel de Juárez, había decidido instalarse en San Miguel Tucumán para intentar canalizar en el mercado US$ 20 millones provenientes del narcotráfico: el sospechoso fue identificado por fuentes judiciales como Hugo Menéndez, de 66 años y de nacionalidad argentina.
Menéndez fue apresado por efectivos de la Agencia Regional de la Policía Federal, puesta en marcha hace seis meses por el Ministerio de Seguridad de la Nación, en una casa que había comprado en un elegante barrio de esa la capital tucumana. El Tribunal Oral Criminal Federal N° 6 había ordenado su captura internacional y su nombre figura en los pedidos de detención de alta prioridad. Una circular roja de Interpol indicaba la urgente captura del sospechoso.
Según fuentes judiciales, el sospechoso estaría encargado de lavar dinero del cartel de Juárez. Su nombre está, también, entre los imputados por la denominada Operación Casablanca. Además, la Agencia de lucha contra la droga de Estados Unidos (DEA) lo tenía entre los presuntos financistas de la mencionada organización.
Durante los últimos ocho años, Hugo Menéndez, hoy de 66 años, oriundo de San Miguel de Tucumán, había esquivado su detención luego de repetidos llamados a indagatoria en 2008, lo que llevó a ser declarado como rebelde con una circular roja de Interpol que pidió su captura en todo el mundo. Un reciente reporte de la Unidad de Información Financiera le había revelado al Tribunal que, luego de casi una década de silencio de radio con un pedido de prisión global,Menéndez no solo había bajado la guardia, sino que tampoco estaba demasiado lejos.
Entre diciembre del año pasado y junio último, el empresario había abierto tres sociedades comerciales que lo indicaban como miembro de directorio, todas en la provincia de Tucumán, dedicadas a los rubros de gastronomía y construcción. No solo eso: también pagó diligentemente su monotributo categoría G. Su perfil comercial indica que está registrado en la AFIP en el rubro de cocheras y playas de estacionamiento. Menéndez hasta inició dos juicios en el fuero civil tucumano y libró un cheque sin fondos por cinco mil pesos que fue rechazado a comienzos de este mes. Todo esto representa una jugada algo insólita para un empresario acusado de un delito de enorme peso: intentar introducir en el mercado argentino cerca de 20 millones de narcodólares del temido Cartel de Juárez.
Menéndez fue detenido por la División Delitos Federales de la Agencia Federal Tucumán de la PFA luego de un tiempo de vigilancia. Menéndez fue, en sí, un cabo suelto en un proceso al menos largo, una causa iniciada en 1999 en el juzgado de Rodolfo Canicoba Corral que mostró la columna vertebral de las inversiones en el país de traficantes trasnacionales, en el primer narco escándalo de la historia argentina. La compleja trama que incluyó campos como una estancia de dos mil hectáreas en Mar Chiquita y tierras en San Juan, un departamento en Recoleta, maquinaria agrícola, vehículos y otros bienes valuados en más de 20 millones de dólares, que incluyen excentricidades como monturas labradas y un león embalsamado. También, se detectaron 10 millones de pesos en plazos fijos.
A comienzos de este mes, el TOF Nº6, integrado por los jueces María del Carmen Roqueta, José Martínez Sobrino y Julio Panelo, condenó en un juicio abreviado con el fiscal Diego Velasco a penas de tres años en suspenso a siete acusados encabezados por Raúl Marinone, con edades que van de los 59 a los 87 por lavar dinero del Cartel de Juárez, liderado por el casi mítico Amado Carrillo Fuentes, el «Señor de los Cielos», un capo narco ya muerto que tenía el hábito de operarse la cara casi compulsivamente. Carrillo Fuentes, según la periodista Virginia Messi enClarín, llegó en 1997 a vivir en Buenos Aires, precisamente en Recoleta sobre la avenida Alvear, también con una propiedad en el coqueto barrio Los Troncos en Mar del Plata. Perdió la vida, sin casualidades, por complicaciones en una cirugía. La condena, por los delitos de asociación ilícita y lavado, no encuentra su punto destacable en sus penas, sino en la orden de que los bienes producto del narcolavado sean decomisados y pasen a manos del Estado.
El paso del tiempo en una causa de gran envergadura lleva a una consecuencia algo obvia: que los imputados eventualmente se mueran.Ángel Salvia fue señalado como uno de los principales cerebros del armado del Cártel de Juárez en la Argentina junto con Nicolás di Tullo. Ambos fallecieron. A Salvia no se lo llevó la edad o la enfermedad: fue asesinado a balazos en mayo de 2007 junto a su pareja por el ex marido de ella, un ex sargento de la Policía Bonaerense. Salvia, precisamente, es el vínculo de Hugo Menéndez con la causa. Una fuente en la Justicia apunta: «Fue su testaferro».
Menéndez empleó el alias de «Ramón Santillán» en Petrolera Mar del Plata, una de las primeras sociedades de la red narco para formar un frente a simple vista legal y la madre de varias firmas que se formarían para comprar propiedades como hoteles y maquinaria agrícola. La sentencia firmada por el TOF Nº6 afirma que: «Los testaferros de Salvia en Petrolera Mar del Plata S.A. fueron Jorge Díaz (chofer de Salvia), Aquilino Ceferino Vázquez (camionero de la empresa), Guillermo Luis Blanch (quien se identificaba con el nombre falso de Carlos Alberto Brandi) y Hugo Menéndez (quien utilizaba el nombre falso de Ramón Alberto Santillán). La razón por la cual Salvia indicó a Guillermo Luis Blanch», otro prestanombres ligado a Salvia, y «Hugo Menéndez que emplearan nombres falsos, era que los nombrados registraban antecedentes penales e informes negativos en el sistema Veraz, lo que dificultaba la realización de cualquiera de las operaciones comerciales que efectuara esa sociedad».
Así, Menéndez se convirtió en un alfil al menos útil para el desembarco marplatense del Cartel. En septiembre de 1997, «Carlos Alberto Brandi (Blanch) pasó a ser presidente y titular del 51.92% de Petrolera Mar del Plata S.A., en reemplazo de Jorge Díaz; mientras que Ramón Alberto Santillán (Menéndez) comenzó a ocupar el cargo de vicepresidente de la sociedad y titular del 48,08% del paquete accionario». En enero de 1998, Menéndez vendió el paquete de la firma a Nicolás Di Tullio, un evidente pase de manos.
El texto de la sentencia continúa: «Si bien en el convenio se hizo referencia a que se abonó por el 100% del paquete accionario la suma de trescientos mil pesos ($300,000), ésta no fue la verdadera suma pagada por los «mexicanos» (Cartel de Juárez), sino que el monto fue mucho mayor, pues tal como surge de la rendición de cuentas realizada por Di Tullio para Jaime Martínez Ayón (representante del Cartel de Juárez) se pagó por Petrolera Mar del Plata S.A. la suma de un millón seiscientos cuarenta mil dólares estadounidenses». Todo este entramado, razonó el TOF Nº6, fue para poder liquidar una hipoteca en San Juan para conservar terrenos en la provincia.
Fuentes: CAPITAL NET
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